La tarde tenía pretensiones de Star Wars, pero ante el inexorable avance de los virus, el master se ha visto obligado a dejar la partida para un día menos mucoso. Por estas vicisitudes del destino, nos hemos sumergido en el mundo de la España del Siglo de Oro, con sus penas y glorias, con intrigas palaciegas, rollos amorosos que terminan como el rosario de la Aurora, con la Inquisición intentando que la gente no se desmadre a base de jarabe de palo o, lo que es lo mismo, hoguera que te crío…
El lugar para llevar a cabo este viaje en el tiempo: La Ovella Negra -cerca de la gótica Tallers- una taberna en pleno centro de Barcelona que hace entrar en ambiente más rápidamente.
La partida, totalmente improvisada, cada vez ha ido tomando un cariz más grotesco con una bruja “cebollona” que corre como si la persiguiera el diablo y con un conato de enano que también corre como un diablo cuando la señora Beatriz
El lugar para llevar a cabo este viaje en el tiempo: La Ovella Negra -cerca de la gótica Tallers- una taberna en pleno centro de Barcelona que hace entrar en ambiente más rápidamente.
La partida, totalmente improvisada, cada vez ha ido tomando un cariz más grotesco con una bruja “cebollona” que corre como si la persiguiera el diablo y con un conato de enano que también corre como un diablo cuando la señora Beatriz
–o sea yo- intenta echarle el guante y dejarlo en manos de la Santa Inquisición –o sea Bárbara-.
El final apocalíptico para el pobre conde –no me acuerdo del nombre- que por no hacer caso a doña Beatriz es denunciado por ésta a la Santa Inquisición y tiene que salir por patas caminito de Toledo para no acabar participando en una parrillada con él como plato principal.
El final, por lo tanto, bueno para todos los personajes principales. Bueno, un poco chungo para Beatriz que por no hacer caso a su señor jefe, termina descomponiendo la compañía de teatro a base de chivatazos, para salvar el culo de la santa hoguera.
El final apocalíptico para el pobre conde –no me acuerdo del nombre- que por no hacer caso a doña Beatriz es denunciado por ésta a la Santa Inquisición y tiene que salir por patas caminito de Toledo para no acabar participando en una parrillada con él como plato principal.
El final, por lo tanto, bueno para todos los personajes principales. Bueno, un poco chungo para Beatriz que por no hacer caso a su señor jefe, termina descomponiendo la compañía de teatro a base de chivatazos, para salvar el culo de la santa hoguera.
3 comentarios:
juas juas!
mas vale tirar otra carne que dejar pillar la tuya!
je je je
porque a la parrilla sabe mejor!
XDDDD
Que me lo digan a mí, que me zampo cada parrillada de carne con los braseros que tengo en los calabozos...
B.Za Blonde
en Toledo Barbara se pondra las botas!
XDDD
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