Ya sé que cada año por estas fechas me entra la angustia ante la inminente “Pesadilla de Navidad” y me pongo a mandar currículos como una poseída para cambiar de trabajo, pero la sangre nunca llega al río. Nunca llega la sangre al río y, pasado enero, me apalanco en el Coc y aguanto un año más, consumiéndome en un trabajo del que ya he sacado todo el partido posible. Pero esta vez va en serio. En enero, cuando termine la susodicha campaña navideña, cambiaré de curro, siempre y cuando el mercado laboral requiera de mis habilidades.
El ambiente es bueno, los compañeros son geniales, el sueldo no es de lo peor, pero trabajar todos los fines de semana y todos los festivos quema; y quema más todavía cuando lo has vivido durante tres años. Tres años sin un 25 de diciembre como Dios manda, sin un Fin de Año con un 1 de Enero con resacón, como tiene que ser, sin un domingo por la mañana con posibilidades de remolonear en la cama hasta las 12 de la mañana, poder pasearte en pijama hasta las 2 de la tarde y comer paella a las 14:30, no a las 16:00 como hago ahora, cuando toda la familia está durmiendo la siesta y tú te tienes que enfrentar sola a las horribles películas de sobremesa que únicamente tienen sentido para coger sueño y dormir una buena siesta.
En fin, por todas estas razones pido a los Reyes Magos que me encuentren un trabajillo que, aunque me estrese todas las tardes de lunes a viernes, me permita disfrutar de los fines de semana. Si no puede ser tanta felicidad, me amoldaría a trabajar incluso el sábado, siempre y cuando tuviera los domingos y festivos libres.
Creo yo que ya he tenido suficiente penitencia.
El ambiente es bueno, los compañeros son geniales, el sueldo no es de lo peor, pero trabajar todos los fines de semana y todos los festivos quema; y quema más todavía cuando lo has vivido durante tres años. Tres años sin un 25 de diciembre como Dios manda, sin un Fin de Año con un 1 de Enero con resacón, como tiene que ser, sin un domingo por la mañana con posibilidades de remolonear en la cama hasta las 12 de la mañana, poder pasearte en pijama hasta las 2 de la tarde y comer paella a las 14:30, no a las 16:00 como hago ahora, cuando toda la familia está durmiendo la siesta y tú te tienes que enfrentar sola a las horribles películas de sobremesa que únicamente tienen sentido para coger sueño y dormir una buena siesta.
En fin, por todas estas razones pido a los Reyes Magos que me encuentren un trabajillo que, aunque me estrese todas las tardes de lunes a viernes, me permita disfrutar de los fines de semana. Si no puede ser tanta felicidad, me amoldaría a trabajar incluso el sábado, siempre y cuando tuviera los domingos y festivos libres.
Creo yo que ya he tenido suficiente penitencia.
1 comentario:
bueno es para tanto pitussa... yo estuve tres años sin navidades y mira terminé trabajando solo por horas.
Te diria que eras una exagerada pero me compadezco de ti por tenerte que tragar las pelis de sobremesa; eso para mi es un tratamiento de la anorexia, como y vomito lo tragado. hacen cada bazofia indigerible; es poco esperanzador el mercado laboral actualmente; puedes probar la proxima campaña de rebajas...
nada que no se pueda sufrir, el año que viene nos hacemos la campaña de navidad en el corte inglés podemos ganar hasta 2000 €... :)
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