sábado, 29 de marzo de 2008


Primer fin de semana de libertad. Por fin he recuperado, después de tres años, esa sensación que solo sientes el viernes por la tarde cuando sabes que tienes dos días por delante para descansar y dedicarlos a divertirte.
En estos tres años de trabajo, de semanas encadenadas, me han servido para aprender una rutina, una disciplina, para aprender que el mundo no se acaba por tener que trabajar un domingo o un día 25 de diciembre. Pero ¿Entonces porqué lo he dejado? Pues por que el ser humano por naturaleza busca evolucionar, buscar nuevos retos que le hagan superarse y a mi este trabajo ya no me aportaba nada nuevo, únicamente dinero, pero como bien me dijo la gurú Malaquita “cuando el dinero ya no te motiva, es mejor que lo dejes”.

Ayer abrí este período con una salida nocturna que se alargó más de lo esperado por culpa de los dos implicados en la trama por evitar un viernes noche de aburrimiento. Primera parada en el bar “nomeacuerdodelnombre” con sesión de alcohol cremoso y de procedencia cualificada. Sobre la una de la madrugada empezaron a venir las depresiones por la próxima finalización de la velada. Que leches! La noche es joven, vayámonos a una discoteca. Después de este pico de súbita “Fiebre del viernes noche” acabamos con los huesos en el Sidecar. Antro cual lata de sardinas, con tíos que parecían velocirraptores buscando presa y nosotros, para pasar el rato, puesto que no se podía bailar por la masa crítica de gente, decidimos buscar parecidos razonables. Error. Si eres tía, estas en un lugar de caza y mantienes la mirada a un tío más de dos segundos, aunque sea por un motivo tan vanal como buscarle el parecido con Ramón García, John Frusciante o Gary Oldman, puede que después el tío se te pegue como una lapa; por suerte no llegó a pasarme. Al final terminamos la noche a las 5 de la mañana con la apertura del trasporte colectivo que había de llevarnos a nuestras respectivas casas.

Esta noche, como diría nuestro ídolo Joseph Cuní, méssssss.
Foto: Uno de los parecidos más razonable, cortesía de A.L. Jonh Frusciante. Guitarrista de Red Hot Chili Peppers

miércoles, 19 de marzo de 2008

Never let me down again


Sexo, drogas y rock & roll.

Noche de despedida para el local Nocturna, au revoir, ya nunca más tendremos un local en condiciones a la vuelta de la esquina. Un local que, por cierto, ha permitido que unos pocos privilegiados hayan visto a la aquí presente agarrar la primera melopea ,castaña, bajón etílico, llámenlo como quieran. No llegué a perder el norte, no hay lagunas, me acuerdo de todo, pero el cuerpo parecía que había estado en una prueba de simulación de la gravedad, dando vueltas a mach 8 por lo menos.
Es curioso como se puede pasar de estar completamente sobria a alcanzar ese estado, sin pasar por las fases anteriores. Eso me pasa por fiarme del alcohol expedido en antros. ¡A saber de que Lidl viene y como lo han destilado! yo creo que hubiera sufrido menos echando un trago de alquitrán que con lo que me tomé esa noche. Esto da que pensar, si ya perjudica a la salud el alcohol bien hecho, hasta que punto llegará a machacar el hígado el destilado a la manera Far West.

Otro estado de cosas: yo soy la ficha verde-de-de, yo soy la ficha azúl…

Que puñetera idea la de marcar con pintura verde y azul todo el puñetero suelo de la capital. No hay manera de poder dejar el coche en la calle sin tener la siniestra sombra del parquímetro o el guardia de tráfico a tus espaldas. Luego nos quejamos de nuestra casa, pero solo te das cuenta de lo bien que vives en ella cuando la dejas por unos días. Si que es cierto que Madrid tienes muchas cosas mejores que Barcelona, como el servicio de transportes público, ¡solo faltaba que encima que no te dejan aparcar libremente en la calle sin sangrarte tuvieran los madrileños un metro pésimo!

Confirmación de la ley no escrita de Murphy: marzo odia a Silvia

-Viaje psicodélico impulsado por alcohol malo, malo.
-Suspensión del concierto de Tokio Hotel.
-No se puede ignorar la naturaleza humana aunque se vaya de progre.


Disintegration

Oh I miss the kiss of treachery

The shameless kiss of vanity

The soft and the black and the velvety up tight

against the side of me

And mouth and eyes and heart all bleed

And run in thickening streams of greed

As bit by bit it starts the need to just let go my party piece


But I never said I would stay to the end

So I leave you with babies and hoping for frequency screaming like this

In the hope of the secrecy screaming me over and over and over

I leave you with photographs pictures of trickery

Stains on the carpet and stains on the scenery

Songs about happiness murmured in dreams

When we both us knew how the ending would be...


So it's all come back round to breaking apart again

Breaking apart like I'm made up of glass again

Making it up behind my back again

Holding my breath for the fear of sleep again

Holding it up behind my head again

Cut in deep to the heart of the bone again

Round and round and round

And it's coming apart again over and over and over


Now that I know that I'm breaking to pieces

I'll pull out my heart and I'll feed it to anyone

Crying for sympathy crocodiles

Cry for the love of the crowd


And the three cheers from everyone

Dropping through sky through the glass of the roof

Through the roof of your mouth

Through the mouth of your eye

Through the eye of the needle

It's easier for me to get closer to heaven

Than ever feel whole again


I never said I would stay to the end

I knew I would leave you with babies and everything

Screaming like this in the hole of sincerity

Screaming me over and over and over

I leave you with photographs pictures of trickery

Stains on the carpet and stains on the memory

Songs about happiness murmured in dreams

When we both of us knew how the end always is...


How the end always is...

miércoles, 12 de marzo de 2008

Whenever I'm alone with you, you make me feel like I am home again

Cuando hace 6 meses me empezó a interesar The Cure, no pensé que algún día los vería en directo, más que nada porque no es un grupo que estuviera en mi lista personal del los 10 grupos que tengo que ver en directo antes de estirar la pata.
La primera canción que me llamó la atención fue Burn, perteneciente a la banda sonora de la película de culto El Cuervo. Después vinieron la pegadiza Close to me, con el asfixiante videoclip; un videoclip de contrastes, en él vemos la peculiar figura de Robert Smith, con sus labios mal pintados, su cara blanca y sus ojos negros, una visión decadente, que contrasta con la alegría que destila el videoclip, con los pececillos nadando a lo Sirenita de Walt Disney. Esta es la segunda versión, la primera es mucho más claustrofóbica, con los componentes del grupo metidos en un armario intentando cantar, un armario que al final termina en el mar con los componentes medio ahogados.
Ayer, por una serie de circunstancias y gracias a un amigo con una entrada de más, pude ver a The Cure. Un concierto que ha sido calificado de especial y magnífico, ya que ha supuesto la vuelta de la banda a Barcelona después de diez años sin pisar tierras catalanas. Una banda mítica, con 30 años de carrera a sus espaldas y un cantante carismático con una voz espléndida. Pocos cantantes dan en el escenario lo que ofreció ayer The Cure en general y Robert Smith en particular.
Canciones que no había escuchado con la atención necesaria como para reconocerles un toque especia como A Forest, oscura y pegadiza, con ese bajo hipnótico. Lullaby, brutal, no se puede definir con palabras, hay que escucharla y si es en directo mejor. Os pongo el enlace del videoclip de Lullaby para que podáis ver la decadencia de la que os hablaba más arriba.
Podría seguir con la lista: Lovesong, Love Cats, Friday I´m in love, Boys don´t cry…

The Cure, con más de 30 años, han sabido aunar los sonidos oscuros que les han granjeado el favor del colectivo gótico, con sonidos pop que los han acercado a público de todas las edades y estilos. Un grupo que ha sobrevivido, como los grandes, un grupo que ha dejado huella dentro de la historia de la música

http://es.youtube.com/watch?v=waia83h6Y2k&feature=related

miércoles, 5 de marzo de 2008

Idus de marzo


El mes de marzo es el mes en que la eclíptica del plano en el que orbitamos alrededor del Sol coincide con el Ecuador de la Tierra. En ese momento en el que las dos líneas imaginarias se cruzan cuando pasamos del invierno a la primavera.

No sé si tendrá algo que ver, pero lo que si que es cierto es que el mes de marzo es un mes maldito. Un mes maldito porque es en este mes cuando los hados se confabulan para que todo salga al revés. No puedes planear nada, porque si ya es difícil que algo que has preparado con antelación salga bien, si lo intentas planear en el mes de marzo es seguro que se vaya a tomar viento fresco. Si piensas que posiblemente ha sido una casualidad, intenta repetir el experimento y verás como no ha sido casual ya que es un hecho matemático: si intentas algo en marzo saldrá al revés. La ley de Murphy no dice nada en referencia al especial porculismo del mes de marzo y debería, porque es el mes en el que todas, absolutamente todas las leyes se cumplen sin misericordia con los pobres mortales que intentan que un puñetero plan salga bien.

Puede que la explicación racional a esto sea que con el advenimiento del calor, el alargamiento del día, las gramíneas o las hormonas la gente comience a pensar en las vacaciones de Semana Santa o de verano y estén más desorientados que un pulpo en un garaje.

Conductores que se paran en mitad de una rotonda para hablar por el móvil, coches que se paran sin poner los intermitentes y tienes que hacer virguerías para no comértelos; peña que te dice “sí que iré” y después les surgen imprevistos y te dejan con las entradas en la mano y una cara de gilipollas que para qué contarte. No les culpo, ya sé que es el mes de marzo que tiene especial manía a la humanidad y a Silvia en particular, ahora, os aseguro que el sentimiento es mutuo. Si tuviera el poder que tuvo en el año 1582 Gregorio XIII que eliminó por sus santos cojones 10 días del mes de octubre para que cuadrara la Pascua cristiana, si tuviera ese poder eliminaría de un plumazo el puñetero mes de marzo, así el año tendría 11 meses o para no ser tan radical, por lo menos le pondría un nombre más adecuado: jodiendus.

Hago este escrito porque ya lo tengo asumido, cada año la misma cantinela. Cada año por unas cosas u otras acabo a ostias con este mes. Solo aviso que a día 5 aun no ha ido tan mal como esperaba, yo pensaba que a estas alturas el coche ya me habría dejado tirada, me habría cortado la mano con la máquina del embutido, habría pasado del catarro a la pulmonía…Espero que mañana Costa Breve no se queme ni se hunda ni nadie se rompa una pierna.