lunes, 4 de agosto de 2008

Tren al infierno


Ayer no se nos ocurrió otra cosa que ir a la estación de Sants en metro. Esto no parece muy novedoso, el metro es la manera más rápida de moverse por cualquier ciudad, la novedad llega cuando los señores que controlan el transporte público deciden hacer reformas y cortan un tramo de una de las principales líneas de la ciudad a su paso por el centro neurálgico de ésta, provocando estragos en el tráfico y estrés emocional en los pasajeros. El tramo cortado, como digo, ha hecho que la peña haya tenido que hacer miles de cálculos para concluir cuál es la manera menos traumática de llegar de un punto A a un punto C con el punto B cortado y sin tardar, a poder ser, más de una hora en cubrir ese recorrido.
Toda esta parrafada para explicar que ayer se nos ocurrió ir a Sants cogiendo un tren en el Clot. Parece algo sencillo y más teniendo en cuenta que de esta manera nos podríamos haber ahorrado un cuarto de hora de metro, ya que el tramo cortado nos obligaba a hacer dos trasbordos kilométricos y cogiendo el tren nos evitaríamos sudadas por los pasillos de los intercambiadores. Craso error. Primero porque el tren tardó un cuarto de hora en pasar, así que el ahorro de tiempo se fue a hacer hostias consagradas, segundo porque el vagón parecía el puñetero infierno; me explico, se ve que el aire acondicionado, elemento imprescindible en cualquier transporte y más en el público, estaba jodido. Jodido pero bien, toda la gente que venía de pasar un día en la playa tuvo que aguantar una o dos horas de viaje a más de 30 grados con un índice de humedad de más del 90%.
Nosotros entramos en la estación de Clot, como he dicho, y solo teníamos que aguantar 15 minutos de viaje, pero aquello era insoportable: familias enteras con todos los aparatos de la playa, con niños pequeños, intentando que a estos no les diera una lipotimia. No exagero, los crios estaban llorando, los mayores sudando a chorro y encima el olor general era hediondo: una mezcla de salitre de mar, sal de sudor, sobaco y todo ello aderezado con unos cristales empañados y el cabreo por vernos sometidos a semejante vejación. Una cosa es sufrir los retrasos de Renfe y la otra tolerar que torturen a los usuarios sin aire acondicionado en Agosto a las 6 de la tarde.

2 comentarios:

vaklam dijo...

Yo, el desgraciado acompañante e ilustre promotor de la idea de ir en tren para adelantar tiempo (se supone que el tramo más corto entre dos puntos es la línea recta) no tengo nada más que añadir.

Bueno, sí:
Tren CACA, renfe CACA

MALAQUITA dijo...

la proxima vez coge el Ave maria purisima para ir a la playa!!
XDDDD

prueba el bus en otra ocasion y si no tu coche pendona!