¿Es Google el Gran Hermano del siglo XXI?

Todos nos hemos preguntado cómo funciona Google, cómo es capaz de procesar tanta cantidad de información, cómo funciona su sistema de indexación y cómo es tan eficaz. Todas estas preguntas obviaban otra más trascendental, ¿está Google en posesión de información personal? Cada vez que hacemos una búsqueda ésta queda grabada en la enorme base de datos de la compañía, una información personal muy valiosa sobre uno mismo que queda a disposición de Google, sobre todo, si somos usuarios de Gmail. Esta es la afirmación más inquietante que podemos extraer de este interesante documental sobre el funcionamiento del buscador más rentable de Internet. Una afirmación que desde Google no niegan, ya que según ellos el almacenamiento de las búsquedas durante un tiempo es necesario para desarrollar aplicaciones como el “usted quiso decir” que tanto nos ayuda cuando no sabemos el nombre exacto de una búsqueda o nuestras morcillas –dedos- se equivocan de letra sin darnos cuenta.
Google es la empresa que más crece, gracias al desarrollo de nuevas herramientas. Cada semana aparecen en los medios de comunicación noticias sobre los nuevos ítems que ofrece el buscador. Por poner un ejemplo de esta periodicidad a la hora de presentar nuevas aplicaciones, el domingo escuché que Google había desarrollado un escáner que permitiría digitalizar una gran cantidad de volúmenes. Está claro, visto el documental, que este escáner llevaba tiempo en uso, pero la noticia llegó la pasada semana. No vamos a entrar en temas de “noticias” que hace tiempo que deberían haber salido, el caso es que debemos plantearnos si el simpático Google puede en un futuro poner a disposición de gobiernos o empresas privadas nuestra información personal. Pensad lo que llegarían a pagar las empresas por conocer los gustos de sus empleados, qué temas buscan en la red, si les gusta el deporte, la historia, si son unos obsesos del sexo o si son taxidermistas.
Si queréis tener más claro el funcionamiento del buscador y el enorme poder que tiene –aunque no quiera ser consciente de él- echad un ojo al documental.

Un cuadro demasiado real

El otro día me llamó la atención una imagen. Estaban dando la noticia de la apertura de fosas comunes de la Guerra Civil para identificar los cadáveres y en las imágenes se veía a un grupo de forenses limpiando con cuidado los huesos entrelazados dentro de una fosa común. Me impactó la imagen porqué me recordó a uno de los cuadros de Beksinsky en el que se ven miles de esqueletos muertos por la guerra. El cuadro ilustra a los caídos durante la Segunda Guerra Mundial, pero bien podría ilustrar el horror de cualquier guerra, incluida la Civil. Un horror reflejado de manera exacta en este cuadro, macabro lo llamarán algunos, realista lo llamarán otros. Lo que no cabe duda es que este autor supo reflejar en sus obras lo peor de la especie humana, sus miedos, sus crímenes y sus miserias.

Pequeñas reflexiones sobre el periodismo a estas alturas de la carrera

Nena Daconte, emprendedores, Salón de Antigüedades, enfermedad de Niemann Pick… estos son algunos de mis primeros temas como periodista de verdad.

Cuantas horas invertidas en estudiar asignaturas de las cuales no tenías muy clara su relación con el periodismo, cuantas asignaturas de teorías de la comunicación en las que había un surtido de nombres irrelevantes para mi futuro profesional ¿cómo te podían ayudar a mejorar tu redacción en un futuro? Esta era una verdadera incógnita, pero la inocencia del estudiante me llevaba a defender el plan de estudios y acatar estos agujeros negros de la carrera con un: “de algo servirán”. Pues no sirvieron para nada. En un mes escaso que llevo en la redacción de Metro me he dado cuenta de que estas asignaturas no valen para nada, son auténtico relleno. Lo que verdaderamente te sirve es –en el caso de la prensa- saber redactar con estilo, tener capacidad de síntesis, saber recortar o alargar, tener don de palabra para conseguir la cita que redondeará la entrevista, en definitiva, cosas que una carrera como la de periodismo puede ayudar a sacar a flote, pero a base de prácticas, sino son capacidades en bruto.

Llegados a este punto, y ya en cuarto de carrera, te acabas preguntando el por qué del diseño de un plan de estudios tan superficial cuando se podría haber hecho hincapié en las asignaturas que realmente sirven para reforzar estas capacidades, véase locución y montaje en Dalet en radio, saber estar delante y detrás de la cámara en televisión y saber redactar en prensa. Hemos tenido pocas horas de estas asignaturas pilares, que son las que realmente nos enseñan cómo se trabaja realmente, una carencia que se ha hecho notar ahora puesto que con las prácticas nos hemos enfrentado al mundo real. Más perdidos que un pulpo en un garaje, nos sabemos desenvolver porqué tenemos ganas de trabajar y aprender aquello que no hemos podido hacer en la carrera por falta de horas.

En segundo una periodista de TV3 nos dijo que la carrera no sirve para nada, solo para tener el título, que donde realmente se aprende periodismo es pateando y escribiendo, locutando y montando. Cosas que una carrera 80% teórica no enseña.